Buscan microorganismos que pudieran haber emergido de ancestros diferentes.
Paul Davies, conocido científico y divulgador, hace un llamamiento para iniciar una “misión para la Tierra”, la búsqueda de pruebas de la aparición de un segundo génesis, pero diferente al que conocemos.
En círculos académicos existe un gran consenso acerca del origen compartido por todos los seres del planeta a partir de un mismo ancestro, común a toda la variedad de la vida en la Tierra; pero es posible que los organismos más básicos pudieran haber surgido más de una vez, lo cual conduciría a la idea de múltiples árboles de la vida.
Durante la última reunión en Chicago de la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia, Paul Davies pidió a los científicos que explorasen medio ambientes poco usuales de nuestro planeta en busca de microorganismos que prosperen en esos entornos. En su opinión, cualquier criatura que viva fuera de los límites de la vida “normal” podría haber surgido de forma independiente.
“Debemos estar abiertos a la posibilidad de que exista más de un árbol de la vida”, comentó Davies. “No estoy hablando de seres misteriosos que se ocultan en las sombras, sino de que el reino microbiano podría contener habitantes de un segundo (o posterior) génesis”.
Los microbios representan la vasta mayoría de la vida terrestre, y muchísimos no han sido siquiera caracterizados, ni se ha analizado su configuración genética. No obstante, descubrir si alguno de ellos podría haber emergido de forma separada será difícil, porque todas las técnicas empleadas por los biólogos funcionan para formas de vida que usan la bioquímica que ya tan familiar nos resulta.
“Podríamos estar rodeados por pequeños microbios, que se mezclan con la vida ya conocida de forma inadvertida, y estar completamente al margen del hecho de que pudieran representar formas de vida alternativa”, comentó Davies.
Si la vida surgió más de una vez en la Tierra, esos organismos podrían vivir en la profundidad de los afloramientos oceánicos, que son ricos en arsénico, lo cual podría hacer a estos seres sumamente tóxicos para las formas de vida normales. Estas inusuales formas de vida podrían emplear el arsénico de un modo similar al que nuestros organismos hacen del fósforo.
“Si pudiéramos encontrar una forma de vida alternativa, y pudiésemos estar seguros de que no se tratase de una extraña nueva rama del árbol de la vida principal, entonces habríamos logrado establecer la idea de que la vida es un imperativo cósmico que aparece allá donde se den condiciones similares a las de la Tierra. Creo que este sería el mayor descubrimiento biológico desde los tiempos de Darwin. Demostraría de golpe, que vivimos en un universo intrínsecamente amigable con la vida, y en el que probablemente no estamos solos”, concluyó Davies.
Paul Davies, conocido científico y divulgador, hace un llamamiento para iniciar una “misión para la Tierra”, la búsqueda de pruebas de la aparición de un segundo génesis, pero diferente al que conocemos.
En círculos académicos existe un gran consenso acerca del origen compartido por todos los seres del planeta a partir de un mismo ancestro, común a toda la variedad de la vida en la Tierra; pero es posible que los organismos más básicos pudieran haber surgido más de una vez, lo cual conduciría a la idea de múltiples árboles de la vida.
Durante la última reunión en Chicago de la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia, Paul Davies pidió a los científicos que explorasen medio ambientes poco usuales de nuestro planeta en busca de microorganismos que prosperen en esos entornos. En su opinión, cualquier criatura que viva fuera de los límites de la vida “normal” podría haber surgido de forma independiente.
“Debemos estar abiertos a la posibilidad de que exista más de un árbol de la vida”, comentó Davies. “No estoy hablando de seres misteriosos que se ocultan en las sombras, sino de que el reino microbiano podría contener habitantes de un segundo (o posterior) génesis”.
Los microbios representan la vasta mayoría de la vida terrestre, y muchísimos no han sido siquiera caracterizados, ni se ha analizado su configuración genética. No obstante, descubrir si alguno de ellos podría haber emergido de forma separada será difícil, porque todas las técnicas empleadas por los biólogos funcionan para formas de vida que usan la bioquímica que ya tan familiar nos resulta.
“Podríamos estar rodeados por pequeños microbios, que se mezclan con la vida ya conocida de forma inadvertida, y estar completamente al margen del hecho de que pudieran representar formas de vida alternativa”, comentó Davies.
Si la vida surgió más de una vez en la Tierra, esos organismos podrían vivir en la profundidad de los afloramientos oceánicos, que son ricos en arsénico, lo cual podría hacer a estos seres sumamente tóxicos para las formas de vida normales. Estas inusuales formas de vida podrían emplear el arsénico de un modo similar al que nuestros organismos hacen del fósforo.
“Si pudiéramos encontrar una forma de vida alternativa, y pudiésemos estar seguros de que no se tratase de una extraña nueva rama del árbol de la vida principal, entonces habríamos logrado establecer la idea de que la vida es un imperativo cósmico que aparece allá donde se den condiciones similares a las de la Tierra. Creo que este sería el mayor descubrimiento biológico desde los tiempos de Darwin. Demostraría de golpe, que vivimos en un universo intrínsecamente amigable con la vida, y en el que probablemente no estamos solos”, concluyó Davies.
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